Malcolm Graves nació en la trastienda de una taberna de Aguas Estancadas, y lo dejaron allí con una botella de leche con licor. Sobrevivió a una dura infancia en los barrios de los piratas, usando todo truco que conocía. Con el objetivo de construirse una nueva vida, se marchó hacia el continente en el primer barco en el que pudo colarse. Sin embargo, la oscura realidad del mundo le obligó a llevar una vida desagradable en los suburbios de diversas ciudades estado, saltando la frontera cuando las cosas se ponían feas. En una partida de cartas con apuestas especialmente elevadas, se enfrentó a Twisted Fate. Ambos sacaron cuatro ases en la última mano. Era la primera vez que ambos estafadores encontraban la horma de su zapato. Ambos formaron una alianza, estafando en las mesas y peleando hombro con hombro en los callejones después de las partidas. Juntos dominaban las calles y acumulaban estafas, barajas y antecedentes penales.
Desgraciadamente, Graves cometió el error de ganarle una cantidad elevada al Dr. Aregor Priggs, un oficial y hombre de negocios zaunita de alto rango. Cuando Priggs descubrió cómo había jugado, se obsesionó con la venganza. Se enteró del deseo ardiente que tenía Twisted Fate de controlar la magia y le ofreció un trato: si le entregaba a Graves, le permitiría participar en un procedimiento con el cual cumpliría su deseo. Twisted Fate aceptó el trato; tanto Graves como él conocían bien el acuerdo que tenían entre ellos, pero la oferta era demasiado buena. Una vez conseguido su objetivo, Priggs llevó a Graves a un lugar especial creado para retener a hombres cuyos crímenes (o, mejor dicho, sus castigos) no debían figurar en los libros. Graves aguantó durante años su cautiverio a manos de los guardianes con menos escrúpulos de todo Zaun antes de conseguir escapar. Uno de sus compañeros presos le presentó a un excéntrico armero que modificó una escopeta exactamente según sus especificaciones. Tras hacerle una visita a Priggs, Graves se unió a la Liga de Leyendas con dos objetivos en mente: Twisted Fate y venganza.
'Hay un dicho en el armario: no tengo nada, salvo tiempo para preparar un plan'.
-Graves